Competencias de los profesores para el siglo XXI
Scriven y Perrenoud ya destacan que los profesores deben utilizar y dominar las nuevas tecnologías.
Son cinco las dimensiones que han de cumplir los docentes. La primera, relacionada con facilitar en aprendizaje y la creatividad de los estudiantes, se refiere a conseguir que los niños exploren y descubran problemas del mundo real usando herramientas digitales. Para ello, en el aula se deben simular situaciones para que los alumnos tengan que buscar la solución, como aporta la segunda dimensión, se deben diseñar y desarrollar experiencias de aprendizaje y evaluaciones propias de la era digital. Nuestros alumnos deben ser participantes activos de su aprendizaje.
La tercera dimensión está relacionada con modelar el trabajo y el aprendizaje característicos de la era digital. Es decir, nuestros maestros deben demostrar competencia en el manejo de las TIC, deben colaborar con el resto de la comunidad educativa, comunicar sus ideas y modelar el uso efectivo de herramientas digitales.
La cuarta dimensión habla de promover y ejemplificar ciudadanía digital y responsabilidad. Al igual que en cualquier otro ámbito, los maestros y maestras somos el ejemplo de nuestro alumnado, ellos van a seguir nuestros pasos, aprenden de nosotros tanto de lo que enseñamos intencionadamente como de lo que no (currículum oculto); así que, debemos enseñarles a usar y a usar responsable y adecuadamente las TICs, para que les sean útiles, a la vez que nos ven a nosotros utilizarlas correctamente.
La última dimensión hace referencia al compromiso con el crecimiento profesional y con el liderazgo, profesores explican aplicaciones creativas de las TIC para mejorar el aprendizaje de los estudiantes, que evalúan y reflexionan sobre nuevas investigaciones y, en definitiva, que se preocupan por renovar su profesión, la institución educativa y por adaptar la educación a la sociedad actual.
Son cinco las dimensiones que han de cumplir los docentes. La primera, relacionada con facilitar en aprendizaje y la creatividad de los estudiantes, se refiere a conseguir que los niños exploren y descubran problemas del mundo real usando herramientas digitales. Para ello, en el aula se deben simular situaciones para que los alumnos tengan que buscar la solución, como aporta la segunda dimensión, se deben diseñar y desarrollar experiencias de aprendizaje y evaluaciones propias de la era digital. Nuestros alumnos deben ser participantes activos de su aprendizaje.
La tercera dimensión está relacionada con modelar el trabajo y el aprendizaje característicos de la era digital. Es decir, nuestros maestros deben demostrar competencia en el manejo de las TIC, deben colaborar con el resto de la comunidad educativa, comunicar sus ideas y modelar el uso efectivo de herramientas digitales.
La cuarta dimensión habla de promover y ejemplificar ciudadanía digital y responsabilidad. Al igual que en cualquier otro ámbito, los maestros y maestras somos el ejemplo de nuestro alumnado, ellos van a seguir nuestros pasos, aprenden de nosotros tanto de lo que enseñamos intencionadamente como de lo que no (currículum oculto); así que, debemos enseñarles a usar y a usar responsable y adecuadamente las TICs, para que les sean útiles, a la vez que nos ven a nosotros utilizarlas correctamente.
La última dimensión hace referencia al compromiso con el crecimiento profesional y con el liderazgo, profesores explican aplicaciones creativas de las TIC para mejorar el aprendizaje de los estudiantes, que evalúan y reflexionan sobre nuevas investigaciones y, en definitiva, que se preocupan por renovar su profesión, la institución educativa y por adaptar la educación a la sociedad actual.
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