Diario de un profesor novato - Michel Barlow
Este profesor cuenta en su diario que le costaba mucho esfuerzo corregir, se sentía injusto hasta un día en que decidió dejar de poner notas. Es cierto que cuantitativamente no se puede expresar la calidad de un trabajo, pero entonces... ¿cómo hacerlo?
Según Barlow, la nota es una simplificación abusiva, ¿qué califica, el alumno o el ejercicio? Si un niño torpe se supera de pronto, ¿hay que ponerle menos nota que al alumno brillante que hoy ha caído en picado? ¿Cómo se pueden calificar estos dos trabajos entre sí teniendo además en cuenta la evolución de cada uno? Con un número no se puede, la nota no puede expresar varias cosas a la vez.
De cualquier forma, el profesor reconoce que hay materias que son más fáciles de calificar, pero en una composición no se puede calcular. La nota no tiene en cuenta los progresos, el esfuerzo o el entusiasmo; solo tiene en cuenta lo que no se ha hecho o está incorrecto, un 8 es en realidad 10-2. Corregir de esta manera es sancionar errores; sin embargo, el error es el camino hacia el aprendizaje, nadie nace conocedor de todo sino que prueba, experimenta, se equivoca, y de ahí aprende, saca conclusiones y puede razonar. Si en educación sancionamos de esta manera los errores, conseguiremos que los alumnos tengan miedo a decir su opinión, a probar, por miedo a estar equivocados.
Esto que comento es lo que veo que ocurre hoy en día en muchas aulas, en la mía la primera. Los profesores nos preguntan simplemente para conocer nuestra opinión o saber qué conocemos sobre un tema y nosotras, por miedo a errar, nos callamos, pero ¿qué podemos hacer si es esto lo que nos han enseñado? Es ahora cuando vemos qué equivocados estaban nuestros maestros/as y nos damos cuenta de que nosotras queremos ser docentes que apuesten por escuchar a sus alumnos, por enseñarles a sacar beneficio del fallo.
Tampoco podemos dar directamente la solución a nuestros niños y niñas, sino que tenemos que buscarla entre ambos, de manera que se cree diálogo y que ellos piensen y reflexionen.
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| Michel Barlow |
Según Barlow, la nota es una simplificación abusiva, ¿qué califica, el alumno o el ejercicio? Si un niño torpe se supera de pronto, ¿hay que ponerle menos nota que al alumno brillante que hoy ha caído en picado? ¿Cómo se pueden calificar estos dos trabajos entre sí teniendo además en cuenta la evolución de cada uno? Con un número no se puede, la nota no puede expresar varias cosas a la vez.
De cualquier forma, el profesor reconoce que hay materias que son más fáciles de calificar, pero en una composición no se puede calcular. La nota no tiene en cuenta los progresos, el esfuerzo o el entusiasmo; solo tiene en cuenta lo que no se ha hecho o está incorrecto, un 8 es en realidad 10-2. Corregir de esta manera es sancionar errores; sin embargo, el error es el camino hacia el aprendizaje, nadie nace conocedor de todo sino que prueba, experimenta, se equivoca, y de ahí aprende, saca conclusiones y puede razonar. Si en educación sancionamos de esta manera los errores, conseguiremos que los alumnos tengan miedo a decir su opinión, a probar, por miedo a estar equivocados.
Esto que comento es lo que veo que ocurre hoy en día en muchas aulas, en la mía la primera. Los profesores nos preguntan simplemente para conocer nuestra opinión o saber qué conocemos sobre un tema y nosotras, por miedo a errar, nos callamos, pero ¿qué podemos hacer si es esto lo que nos han enseñado? Es ahora cuando vemos qué equivocados estaban nuestros maestros/as y nos damos cuenta de que nosotras queremos ser docentes que apuesten por escuchar a sus alumnos, por enseñarles a sacar beneficio del fallo.
Tampoco podemos dar directamente la solución a nuestros niños y niñas, sino que tenemos que buscarla entre ambos, de manera que se cree diálogo y que ellos piensen y reflexionen.
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